El Burela salva un punto en el Siglo XXI ante un Fútbol Emotion que se encontró hasta siete veces con la madera y que mereció ganar con holgura. Foto: Pedro Luis Serrano.
Le devolvió la moneda el Pescados Rubén Burela al Fútbol Emotion Zaragoza. Si en la primera vuelta a los gallegos se les escapó el triunfo desde los diez metros en el último segundo, en el Siglo XXI fue el conjunto naranja el que castigó a los aragoneses y, para más inri, con una crueldad pocas veces vista. Siete balones al palo estrelló el cuadro aragonés: de lejos, de cerca, de rebote y de doble penalti. En circunstancias normales podría haber sido una goleada, pero si el Burela tiene un resquicio de vida se aferra a ella con todo y a siete segundos del final Quintela dinamitó el triunfo maño. Punto de oro para los del recién estrenado Sito Rivera.
Fue un monólogo del Fútbol Emotion salvo en el tramo final, una ocasión tras otra solo interrumpidas por una efectividad casi máxima del Burela. Ya en el primer minuto Javi Alonso golpeó la madera derecha con una picadita tras un jugadón de Juanqui, que se fue con una croqueta y una ruleta de sus defensores. E instantes después, de nuevo el madrileño le pegó al larguero en un rechace. Y era solo el comienzo, porque a los cinco minutos llegó el tercer poste, obra de Retamar desde la diestra.
El gol estaba al caer, pero no llegaba. Edu hizo un doble paradón a Retamar y Dian Luka y, en el ecuador, Eloy Rojas también tuvo su ración de palo con un tiro frontal. Pero pese a que del Burela no había noticias en ataque, un desajuste en las marcas permitió a Álex Diz rematar un servicio bombeado al fondo de la red. Demasiado premio para los naranjas. En los minutos finales, aunque el ritmo ofensivo decayó algo por las faltas, los locales siguieron percutiendo y forzaron un tiro de diez metros. Y sí, acabó en el palo el disparo de Retamar. El quinto. Eso sí, antes del paso por los vestuarios Eloy Rojas consiguió empatar el choque con un tiro cruzado.
El gaditano salió con ganas en la segunda mitad y emuló el golazo anotado una semana atrás en Amate. Nueve segundos le costó recoger el balón, irse por la banda y salvar con una extraordinaria picadita la salida de Edu. Un calco, un golazo. Pudo ampliar distancias Javi Alonso, pero al palo. Seis. En el área contraria el que no perdonó fue David Pazos con un tiro alto y, acto seguido, Javi Alonso cazó un tiro mal repelido por Edu para poner el 3-2. Hasta se reía con sensación de alivio porque al fin no le pegó a la madera.
Antes del arreón del Burela todavía hubo tiempo para la última madera, esta vez tras un tiro de Basile que desvió un defensa, otra ocasión del argentino a la media vuelta y una acción de calidad de pívot de Juanqui. El Burela poco a poco, pese a ir por debajo, tenía el choque como lo quería, vivo, que no era poco visto el caudal atacante de los aragoneses.
Fue dando pasos hacia atrás el Fútbol Emotion, pero con ataque posicional no generaba casi peligro el cuadro gallego. Al final, con el juego de cinco, los blanquiazules apenas permitieron jugar con el quinto hombre al Burela, pero a falta de 20 segundos comenzó la tragedia. Dos hombres al suelo, Quintela apareció por el carril central y a la escuadra. Un 3-3 final claramente insuficiente para el Fútbol Emotion y de oro para un Pescados Rubén Burela que respira con cuatro puntos de seis posibles.