Bruno García (Ferrol, 1974) es el seleccionador de Japón desde 2016 es el protagonista del cuarto capítulo de ‘Más allá de Lituania ’21’. El gallego logró clasificar de nuevo a Japón, referente en Asia, para una cita mundialista. (Montaje: LPNSM)
- Lituania 2021: novena participación
- Debut Lituania 2021: 14 de septiembre ante Angola (20h)
- Colombia 2016: No se clasificaron
- Tailandia 2012: llegaron a octavos de final (Ucrania 6 – 3 Japón)
Pregunta: ¿Cómo está yendo esta preparación?
Respuesta: Muy bien. Aunque, hay que tener en cuenta muchos factores. Cuando jugamos contra Portugal hacía exactamente 18 meses que no disputábamos una competición oficial. Además, tampoco podíamos contar con jugadores de Europa porque tenían que pasar cuarentena de catorce días. Así que hemos diseñado una preparación exigente en el número de partidos y está yendo bien según lo previsto.
P: Habéis conseguido venir a Europa y jugar amistosos ante rivales también con mucho nivel.
R: No pudimos jugar en Japón porque no podíamos invitar a una selección extranjera a jugar porque tenían que pasar cuarentena. Por eso diseñamos esa exigencia fuera de casa. Estamos en una línea progresiva y creciendo y dando pasos para llegar también con esa exigencia al mundial.
P: Entonces, ¿cómo llega Japón a esa cita mundialista?
R: Pensando en el momento en el que estamos, vamos por la línea que queríamos antes del Mundial. Nos quedan afinar algunos aspectos, pero todo, según lo previsto y planificado.
P: ¿Cuál es el objetivo de Japón en Lituania?
R: Después de no clasificarse en 2016, que fue un palo importante para el futsal en el país, el objetivo máximo era devolverlo al Mundial. Eso lo hemos conseguido. Ahora nuestra meta es ser protagonistas. Japón ha llegado, como máximo, a octavos. Por lo que, si nos merecemos ser protagonistas quiere decir que sobrepasamos esa barrera.
P: ¿Cómo ves el grupo con Angola, Paraguay y España?
R: Es un grupo duro. No lo digo yo, lo dicen los especialistas de este deporte. Nos enfrentamos a una candidata a todo siempre que es España, a una referente en Sudamérica, que siempre hace muy buenos papeles y con experiencia como es Paraguay y una joven en cuanto a experiencia en Mundiales como es Angola. Pero también de un continente que está progresando muchísimo. Todos los continentes se están igualando muchísimo. Al no clasificarnos para Colombia, sabíamos que nos tocarían dos potencias.
Desde 2016 hay una globalización en el fútbol sala
P: Ferrao me comentaba hace unos días que para él, este Mundial es uno de los más igualados que recuerda. Precisamente por esto, por el aumento de nivel en todos lo países.
R: Sí. Tenemos que hacer un análisis rápido de nuestro deporte. Al principio, el dominio entre Brasil y España era patente. Los Mundiales que siempre han estado entre ellos. Hasta que en 2016 lo gana Argentina y rompe ese dominio. Desde entonces hay una globalización en el fútbol sala. Porque en ese mundial, Asia mete a Irán de tercera y a tres selecciones entre las mejores. Para mí el 2016 fue un punto de inflexión en la historia de nuestro deporte en todas las confederaciones. Cada vez es más difícil ganar. Las demás selecciones ya han llegado a un nivel alto. Además, que haya más opciones es más atractivo para tener más visibilidad. Ahora este 2021 va a ir a más para que las selecciones mejoren y puedan competir ante las grandes potencias.
P: Siguiendo entonces con esta idea, Japón ha sido siempre un ejemplo a seguir para otras selecciones de Asia.
R: En Asia hay históricamente tres potencias: Irán, Japón y Tailandia. Pero sí que es cierto que otros han llegado para quedarse. Hay algo importante a destacar: a nivel de organización es un ejemplo porque ha aprendido muy bien de otras potencias, como por ejemplo España. El primer seleccionador fue un brasileño, luego Miguel Rodrigo y luego yo. Una estructura y una metodología de la escuela española que conlleva mucho. Es ahí donde Japón da un salto importante. Como es el nivel de competiciones o la formación de técnicos. Es como España en Europa. Otros países estudian su modelo para poder desarrollarlo en sus federaciones. Por lo que sí, Japón es un modelo en Asia, pero tiene que seguir evolucionando para acercarse a otros de Europa o Sudamérica.
P: ¿Dónde estaría la clave para llegar a compararse con otras potencias mundiales?
R: Hay muchas claves. Pero para mí hay pasos importantes que todo país debe dar y que se diferenciarían entre jugadores, clubes y entrenadores. Si hablamos de jugadores, sería que la liga siga creciendo, que sigan llegando jugadores de máximo nivel para potenciar al jugador japonés y que el jugador nipón salga más a ligas europeas o sudamericanas. Sí que es cierto que ya hay equipos en Europa, pero que tengan más protagonismo. Como pasa en el fútbol: la mayoría de los jugadores de la selección están en ligas y en equipos muy importantes. Esto hay que llevarlo al fútbol sala. En cuanto a entrenadores, que lleguen aquí jugadores de más referencia a nivel mundial y que sigan ayudando. Pero algo muy importante es que el entrenador japonés salga a ligas potentes, que no solo entrene aquí y así demostrar que la escuela japonesa va creciendo.
Al jugador japonés le encanta conocer tácticamente el juego y las situaciones del partido
P: Además, unos jugadores que están muy bien vistos en Europa.
R: Sí. Porque te garantizo que son jugadores muy buenos a nivel individual. Es un aspecto que cuidamos muchísimo. Llevan varios años con una metodología en la que la táctica es importante. Además, les encanta conocer tácticamente el juego y las situaciones del partido. Son jugadores que ahora están en un nivel ascendente y que son muy atractivos para los clubes en Europa.
P: Si retrocedemos en el tiempo hasta el papel de la selección en el Mundial de 2012 cuando se llegó a octavos. ¿Qué importante fue este hecho para que el fútbol sala en Japón siguiera desarrollándose?
R: En cualquier país está la presencia de ligas y de la selección. Las dos partes son muy importantes, pero en países en proceso de crecimiento, la selección siempre es una referencia. Por lo que, que la selección logre éxitos, arrastra y logra que llegue a muchas partes del mundo y que otras ligas llamen a jugadores. Yo le llamo ‘efecto red’ porque los éxitos de la nacional arrastran todo lo demás. Lo mismo pasa con clubes. Por ejemplo, Nagoya es un referente. Si se han disputado trece ligas, ganó doce. Al igual que ganó también muchas veces la Copa de Asia. Pero este efecto también ocurre al contrario, si no se jugó el mundial de 2016 fue un palo para todo el desarrollo. La estructura no está tan consolidada para cuando tengas un problema solucionarlo tan rápido. Cuando un deporte es longevo, la cultura es mayor y la estructura sigue. Pero cuando la cultura es menor porque está en desarrollo, la estructura se tambalea si tienes un fracaso. Si en 2012 y 2008 fue importante por el impulso, en 2016 fue importante por no entrar.
Yo diferenciaría entre tipos de jugador: el anárquico, el proactivo y el reactivo
P: ¿Cómo definirías el fútbol sala de Japón?
R: Para que se entienda mejor, te voy a hacer la diferencia que yo hago entre jugadores y en la que habría tres niveles. El primero sería el jugador anárquico, que son aquellos que individualmente son muy buenos pero que no respetan nada de lo que sucede. En el nivel dos tendríamos a los jugadores reactivos. Es decir, les enseñamos tácticamente, aprenden y son capaces de desarrollarlo en la cancha. En el nivel tres estaría el jugador proactivo. El jugador que interpreta el juego y es capaz de proponer algo nuevo. Partiendo de esto, Japón ahora mismo está en un nivel de reactividad. Es decir, tiene muy buena actitud, aprenden, pero necesitamos crear jugadores generadores de situaciones. Estamos trabajando para que de esa anarquía que había hace años, pasamos a esta reactividad y de ahí llevarlos a la proactividad. Esto se puede llevar a los clubes también: son disciplinados, intentan desarrollarlo en la cancha y trabajan para ir a más.