El Movistar Inter se llevó el Clásico del fútbol sala siendo más efectivo y práctico que vistoso ante un ElPozo Murcia que sigue mejorando, pero al que todavía le falta un punto más para alcanzar a los madrileños. (Foto: Movistar Inter)
En los partidos grandes, de aura especial y de ilusión desmedida, poco suelen importar las dinámicas. Y esa premisa se volvió a cumplir en Murcia. ElPozo fue mejor, dominó más, tuvo más ocasiones y mejores, pero volvió a caer con un Movistar Inter lleno de bajas y que supo aprovechar los momentos clave. Cayó azul la moneda, aunque los charcuteros merecieron más. Cosas del deporte.
Eléctrico empezó el equipo de Giustozzi, con ocasiones de peligro ante un Inter algo contemplativo y ramplón. Así hasta que Humberto se fabricó él solo el primer gol madrileño con un zapatazo tras jugar de pívot ante la defensa de Miguelín. Siguió apretando ElPozo y, al fin, aprovechó la pasividad defensiva Xuxa para empatar.
Percutió ElPozo Murcia demostrando más hambre por obtener la victoria y el premio llegó con el tanto de la remontada, un gol de pillo, metiendo la puntera, de Fernando. Entonces salió el gen ganador del Inter y no tardó ni medio minuto en volver a empatar. Humberto volvió loca otra vez a la defensa y cedió a Solano para que fusilase a un vendido Fabio. Y en otro alarde de campeón, al borde del descanso consiguió Ricardinho poner el 2-3. Ventaja psicológica al descanso.
El paso por los vestuarios sirvió a ambos para meterle dos marchas más al partido, sobre todo en intensidad y brega. ElPozo quiso encender el partido a base de coraje, pero le salió rana cuando Daniel, con una espectacular volea, consiguió poner el balón en la escuadra. Jesús Herrero se erigió en el protagonista del partido repeliendo numerosas acciones de peligro mientras los murcianos seguían tratando de encontrar el gol que les metiera en el partido.
A cinco del final, Álex aprovechó una jugada embarrada para levantar al Palacio. Cinco minutos para soñar con el empate, pero se quedó en eso, en un sueño. Se defendió bien el Movistar Inter y, sobre la bocina, Daniel redondeó su gran partido poniendo la guinda, el 3-5 final. Cosas de los grandes, que aunque estén mal o mermados, ganan.