El romance entre Santiago Futsal y Primera División se ve obligado a detenerse a sus 15 años. Un idilio intenso donde los buenos momentos prevalecen e invitan a que ambos vuelvan a entenderse más pronto que tarde. Una historia inolvidable que, tras mantenerse en el alambre en la última etapa, debe dar un paso atrás para volver con más fuerza.
Todo comenzó un 23 de mayo de 2003 en Las Rozas. Un humilde equipo de la capital gallega iniciaba su periplo en la élite del fútbol sala nacional, entre los más grandes. Lo hizo para quedarse y con ganas de soñar en alto. Muy pronto se atreve a replicar, con descaro, a los trasatlánticos de la categoría. En enero de 2006, ni tres años después de su ascenso, somete al millonario Polaris, a ElPozo y al todopoderoso Interviú para escribir su nombre en la historia de la Copa de España. Zaragoza es testigo.
El panorama nacional ya sabía de lo que era capaz, pero la ambición iba más allá. ¿Ampliar la leyenda a Europa? Sí. Y desde casa, premiando a una afición ilusionada en el Fontes do Sar. En 2007 regala a Santiago el primer título continental de un equipo compostelano con la consecución de la Recopa de Europa ante el Benfica de un tal Ricardinho. ¿Les suena? Ya no había freno. Encabezó la tabla de la mejor Liga del mundo, disputó ocho Play Off por el título y once Copas consecutivas.
Pero hasta en la etapa más gloriosa hubo días complicados, evidentemente mucho más llevaderos que los que hoy se viven. Las finales perdidas fueron momentos que la entidad compostelana tuvo que superar, unas más duras que otras. Los subcampeonatos de Supercopa en Castellón (2006), pero sobre todo en Vigo (2009); de otra Recopa europea en Nis (Serbia 2008) y otras dos Copas de España en Logroño (2012) pero, antes y muy especial, en casa (Santiago 2010) con una polémica arbitral que todavía se recuerda.
Los dos duros golpes sucesivos en territorio gallego (Vigo y Santiago) no tumbaron a un equipo que volvió a alzar otro trofeo en Guadalajara 2010, una Supercopa que el fútbol sala le debía. Y si de títulos hablamos, la Copa Galicia no debemos obviar. En esta competición el club santiagués es el auténtico dominador autonómico con ocho entorchados y cinco subcampeonatos. Doce finales consecutivas de trece totales en una hegemonía absoluta que discurre paralelamente con su historia en la élite.
En 2012 concluye la época Lobelle y se inicia la de Santiago Futsal. Una etapa distinta y de dificultades, solo apta para guerreros. Nace “O Clube da Loita”. Y ahí se ve en su mayor expresión, ya sin bonanza económica, la filosofía que ha acompañado siempre a este escudo, el auténtico “Futsal da Terra”. ¿Quién no recuerda aquella agónica noche del 18 de diciembre de 2015 ante Jaén? Al borde de la desaparición, la final más complicada se gana en la cancha pero, sobre todo, en los despachos. “Santiago quere futsal”.
Pero era evidente que, con la soga al cuello año tras año, el alambre cada día era más fino. Es de justicia destacar la honestidad y profesionalidad de un grupo de gente que, cada día y con la ilusión del primero, sa sin apenas ayudas. El pasado sábado, por desgracia, ese alambre acabó venciendo. Este próximo (Fontes do Sar, 19h) la palabra despedida no está permitida, es un hasta pronto. Un paso atrás para volver con más fuerza. Recordemos estos momentos de amor por un club, en familia.