El conjunto andaluz tuvo contra las cuerdas a un Movistar Inter que salvó Humberto a cinco segundos para el final. En un gran encuentro de ambos guardametas, Jaén llegó a ir ganando 2-0 durante una gran parte del mismo pero el amor propio de los torrejoneros llevó a los de Velasco a sscar un valioso empate (Foto: Movistar Inter).
En un escenario poco habitual como es el IFEJA se disputó un choque que comienza a ser un clásico en el último lustro dentro del fútbol sala nacional. Jaén Paraíso Interior y Movistar Inter se volvían a ver las caras poco más de un mes después de la disputa de la Supercopa de España y como es habitual el duelo no defraudó a nadie.
Ante un Inter muy mermado por las bajas (el último en unirse a los Rafael, Elisandro, Pola y Gadeia ha sido Iván Moreno), los de Dani Rodríguez comenzaron pasando, sobre todo en intensidad, por encima de su rival. Los goles, antes del ecuador de la primera mitad, de Carlitos y de Bingyoba, les daba una jugosa ventaja de 2-0, que no era mayor gracias a las excelentes intervenciones de un magnífico Jesús Herrero.
Sin apenas margen de maniobra, más allá del resultado, los de Velasco comenzaron a hacer acto de presencia en el escenario provisional de los jiennenses en el último tramo de la primera mitad. Con Daniel Shiraishi como jefe de operaciones en ataque, Movistar comenzó a poner a prueba a Espíndola, que también estaba muy inspirado. El paso al frente de los visitantes también coincidió con el paso atrás que dio Jaén, motivado tanto por el resultado como por el excesivo ritmo que había metido en el primer cuarto de encuentro.
Sin moverse el marcador se llegó a la segunda parte, en la que los de Dani Rodríguez se iban moviendo a su gusto. Sin agobios, con el balón para Inter y con contras peligrosas que podían ser la sentencia. Por su parte, Inter tampoco podía permitirse el lujo de incrementar el ritmo de manera temprana dada la limitación de fuerzas por las bajas y la carga de partidos de las últimas semanas.
Ante esta circunstancia, Velasco situó a Bebe como portero-jugador cuando aún restaban ocho minutos. En un magnífico juego de cinco, el repertorio de jugadas de los interistas hacia presagiar que el gol que recortara diferencias llegaría. Tarde o temprano, pero llegaría. Y llegó, en el 36, gracias a un zurdazo de Ricardinho.
Jaén se defendía mientras que Inter se dejaba lo que le quedaba en busca de una igualada que al menos evitara una segunda derrota en este arranque de temporada. Fue a cinco segundos, en plena fiesta del IFEJA cuando llegó la igualada. Bebe lanzó por última vez y Humberto aprovechó un rechace para establecer el 2-2 definitivo con el que Inter encontraba su premio a la fe y a Jaén se le escapaba un triunfo que acarició durante más de tres cuartos de juego.