Madrileños y zaragozanos se reparten los puntos en Torrejón en un duelo muy entretenido y con una parte para cada equipo. Foto: Movistar Inter.
Qué cerca lo tuvo el Fútbol Emotion en Torrejón y cómo le negó el palo en el ultimísimo suspiro el triunfo al Movistar Inter tras remar y remar. Al final, un empate que deja un regusto más dulce a los aragoneses, aunque el triunfo lo acarició tanto que tampoco es dulce miel. El partido tuvo de todo, fue muy entretenido y tuvo una parte para cada equipo.
El primer acto del Fútbol Emotion fue inmaculado. Uno de los grandes talones de Aquiles de los aragoneses es su puesta en escena lejos del Siglo XXI, el cambio de cara como local y visitante, pero en Torrejón se olvidó de su bajón fuera de casa, aprendió de Tudela y en la primera jugada se adelantó en el marcador con una jugada ensayada de saque que mandó a guardar Adri Ortego con un tiro cruzado y raso.
Eso sí, tras un mano a mano de Eloy Rojas que le negó Jesús Herrero, consiguió empatar Cecilio con un tiro de exterior pegadito al palo. Juanqui tuvo la suya a la media vuelta, Trípodi probó de vaselina y Dani Álvarez, que jugó en lugar de un tocado Iván Bernad, se lució ante Dani Saldise.
Pasado el ecuador del primer tiempo el Fútbol Emotion le dio otro bocado al partido con un gol que metió Javi Alonso pero que patrocinó el ‘abuelo’, el comandante Carlos Retamar, que se fue de todos los que le salieron a su paso para regalarle medio tanto al ala madrileño. Por si fuera poco, y después de algunas ocasiones de ambos, el propio Retamar puso el 1-3 en una estrategia. La herida pudo ser mucho mayor ya que Cecilio vio la segunda amarilla, pero los aragoneses, entre el final de la primera parte y el comienzo de la segunda no pudo conseguir el cuarto gol.
Tras el descanso el Fútbol Emotion le entregó la batuta al Movistar Inter, agachó el culo e invitó a los madrileños a atacar en campo contrario defendiendo en bloque bajo. Fue efectivo, porque apenas tuvo ocasiones de peligro el cuadro local, pero a cambio las cinco faltas duraron cinco minutos.
Necesitaba el Inter un acicate, algo que moviera el árbol, y se encargó Trípodi de hacerlo con un golazo tras jugada personal. Fue el impulso definitivo para los madrileños, que empezaron a creer en el triunfo mientras los aragoneses dejaban pasar los segundos buscando tener posesión con el juego de cinco, recurso que por cierto propició un larguero de Eloy Rojas (después llegó otro palo de Óscar Villanueva).
No le quedaba a Tino Pérez más que jugar de cinco y mejor no le pudo salir ya que, a la primera, Borja pisó y fusiló a Dani Álvarez. Todavía había tiempo y ahí emergió la figura de un Dani Álvarez salvador y cuya figura emergió en el momento más caliente y con una papeleta nada fácil por la falta de minutos. Salvó a su equipo en varias ocasiones y, al final, ambos conjuntos rozaron la gloria. Primero, el Fútbol Emotion con un tiro desde campo propio de Retamar que no vio puerta por poco y, en el último segundo, con un palo interista. Al final, reparto de puntos.