El Fútbol Emotion se impuso a Osasuna Magna a domicilio con un excelso tramo final y se agarra con fuerza al tren del playoff. Foto: Jorge Vicioso.
El Fútbol Emotion Zaragoza consiguió una victoria de las que saben a miel. Por el triunfo en sí y por cómo fue, por reponerse a un encuentro tosco y denso, porque tenía mala pinta para los de David Marín, por superar un 2-0 adverso y por la garra de un tramo final excelso. En cambio, Osasuna Magna, sin merecer quizá tanto castigo, en los últimos minutos se vino abajo, se despide de las opciones de octava plaza (a las que se agarra con fuerza el Fútbol Emotion) y mirará hacia el playout en las dos últimas jornadas.
La primera mitad tuvo el guion que se podía presuponer desde antes del partido, pero elevado a la máxima potencia. Fue tosca, lenta en su juego y de digestión pesada. Se notó desde el primer instante que ambos conjuntos salieron a la pista a no equivocarse y a adelantarse en el marcador por demérito del rival o por un mínimo detalle más que por ímpetu propio. A por la efectividad en su máxima expresión. Y en esa guerra Osasuna Magna se siente más cómodo y acabó encontrando el gol con una acción inverosímil.
El larguero de Linhares a los dos minutos de juego en posición escorada y tras tocar Iván Bernad no fue más que un espejismo, porque enseguida el duelo se volvió denso y apenas hubo oportunidades más allá de acciones aisladas o fallos ajenos. Bynho chutó desde lejos probando a Iván y no hubo noticias en la portería de Asier hasta la salida de Juanqui, que generó peligro en un córner, en una acción clásica de pívot y, sobre todo, en otro saque de esquina que salvó con la cara Asier desde cinco metros.
Fueron minutos de cierta iluminación de un Fútbol Emotion que, aun así, no quería errores. Mientras, Osasuna Magna, juntito y arropado atrás tampoco le hizo ascos al plan de partido, así que transitaron los minutos sin pena ni gloria. Así hasta que Tony estuvo a punto de castigar una mala cesión de Eloy Rojas a Iván Bernad, pero el meta le ganó al cierre la partida. Finalmente, la moneda al aire en la que se convirtió el primer acto le cayó de cara a Roberto Martil a un minuto del descanso al rematar como pudo, de espaldas, de escorzo y de tacón un saque de banda que se coló besando el palo derecho de Iván.
Y quién haya leído todo hasta estas líneas difícilmente se podrá creerse que la segunda parte fue preciosa, que tuvo nueve goles y que el Fútbol Emotion logró darle la vuelta a un encuentro que olía a chamuscado y que terminó con tres puntos. Al poco de la reanudación, un jugadón local lo culminó Wanderson a la escuadra y parecía que podía ser el fin de las aspiraciones de playoff del Fútbol Emotion, pero un momento lo cambió todo.
Habrá quien le critique y habrá quien le elogie, pero Juanqui cambió el partido. Venía el asunto con César perdonando, con Osasuna Magna fallando un tres contra uno ante Iván Bernad y con Santi Basile marcando el 2-1 en un saque de esquina, pero una trifulca con Wanderson aumentó las revoluciones de un equipo que entendió que sin arriesgar no iba a ganar.
Y desde entonces los aragoneses empezaron a meter goles como churros y en escasos cinco minutos liquidaron el duelo. Asier se erigió como héroe ante Dian Luka, Juanqui y Eloy Rojas, pero desde entonces nada pudo hacer ante el vendaval. El reloj de arena del choque terminó de darlo la vuelta el propio Juanqui rematando a placer una estrategia tras regalo de Retamar y ya todo fue rodado para el Fútbol Emotion.
La remontada la obró Dian Luka tras una salida perfecta desde atrás entre Retamar y Adri Ortego y enseguida Javi Alonso, a la segunda de cabeza tras cazar su propio rechace, puso el 2-4. No tardó nada Imanol Arregui en salir de cinco, pero Retamar en una contra anotando casi a placer e Iván Bernad desde su área terminaron de cerrar un partido que maquilló Dani Zurdo con un punterazo certero al fondo de la red.