MOVISTAR INTER 5-1 PEÑÍSCOLA REHABMEDIC // El vigente campeón comienza la fase regular con una cómoda victoria ante un Peñíscola que aguantó hasta el descanso. Tras una carambola, los de Velasco se fueron al intermedio con ventaja y en la segunda mitad manejaron el partido a su antojo (Foto: Sandra Santiago | Movistar Inter).
El tetracampeón de la Primera División de la LNFS inauguró el nuevo curso con un plácido triunfo ante su afición en un duelo en el que los torrejoneros siempre fueron mejores que su rival pero que no se acabó de soltar hasta la segunda mitad, en la que tres goles prácticamente seguidos provocaron la bajada de brazos de los castellonenses.
Gadeia abrió el marcador cuando aún no se había llegado al minuto cuatro pero acto seguido Esteban igualaba el choque. En apenas quince segundos se pasó del 0-0 al 1-1 el cual no se movió hasta el bocinazo que marcaba el camino hacia los vestuarios. Durante la primera mitad, Movistar Inter tuvo las mejores ocasiones, obligó a que Molina se exhibiera, pero no llegó a alcanzar la excelencia en sus jugadas. Mientras, los de Cani estaban cómodos en la cancha, pero con el hándicap de no ser capaces de crear jugadas de peligro ante la meta de Herrero.
Y fue justo cuando se cumplía el minuto 20 cuando se produjo la jugada que acabó marcando el partido. Inter rozó el gol a un segundo para el intermedio pero Molina lo evitó en un primer momento. Éste y Mauricinho se hicieron un lío, la pelota acabó en los pies de Rafael que sin ángulo la estrelló en el poste. La mala suerte quiso que ese balón acabara en el cuerpo de Tobe y se introdujera en la portería del Peñíscola RehabMedic. Todo esto, con la bocina sonando. Cruel desenlace para los visitantes después de veinte minutos de juego.
El paso por vestuarios no evitó que Peñíscola siguiera tocado por esa acción. A esto se unió que Movistar Inter salió con mejor cara. Y la pegada de los azules, claro está. Con estos condicionantes, Gadeia, Ortiz y Pola establecieron el definitivo 5-1 cuando todavía quedaba un mundo por jugarse.
A nueve para el final, Cani se la jugó de cinco pero Peñíscola era incapaz de hacer daño. Los torrejoneros, miy cómodos en esta situación, se dejaron llevar y aunque pudieron ampliar la renta el resultado ya no se movió.